lunes, 25 de octubre de 2010

Desarrollar un argumento de Locke en contra de las ideas innatas- Stefanie Riani

Locke parte del argumento de que “en el entendimiento existen ideas innatas” como por ejemplo los principios de identidad (algo que es, es) y el de no contradicción (algo que es no puede no ser), para defender luego la idea contraria. Para ello presenta cuatro argumentos: en primer lugar que las ideas innatas deberían tener un consentimiento universal y no lo tienen; en segundo lugar que no es prueba de ideas innatas el decir que las conocemos en el uso de razón; que el rápido consentimiento de una proposición no prueba que sea innata y en último lugar que las ideas innatas deberían aparecer más claras en personas no corrompidas por la sociedad y esto no se cumple.

Por mi parte, me dedicaré a explicar el segundo argumento; pero para ello me es necesario retomar el argumento del que parte, donde si el innatismo es verdadero hay principios universalmente aceptados; Locke dirá que no hay tales principios universales, concluyendo así que no existen verdades innatas. De esta forma Locke argumentará a favor de que no existen principios universales innatos, y para ello negará incluso que estos son conocidos en el uso de la razón. Locke dice que si fuera cierto lo que dicen los innatistas, supondría que el hombre conoce ideas innatas al tener uso de razón o que el ejercicio y adiestramiento de esta es la que ayuda a descubrir tales principios; pero para negar ello, nos presentará ciertos puntos. Con respecto a que con el ejercicio y adiestramiento de la razón llegamos a los principios innatos, nos dice que siendo las matemáticas no innatas porque necesitan demostración y pruebas para su consentimiento, las ideas innatas serian comprendidas naturalmente sin ningún esfuerzo alguno de razonamiento, por lo tanto seria absurdo que las ideas innatas siendo tan naturales y perfectas, se percibieran recién gracias al ejercicio y uso de la razón como precisando de un gran esfuerzo. Con respecto a que los hombres conocen las ideas innatas en el uso de razón, también seria falso ya que ni siquiera en ese supuesto tiempo los niños logran comprender y aceptar conscientemente determinados “principios innatos” como por ejemplo el de no contradicción, sino que necesitan de procesos mucho mas complejos y elevados. Todo esto implicaría que si aceptamos los dos puntos ya nombrados a favor del innatismo, afirmaríamos que el hombre posee impresas ideas que desconoce a la vez, y esto a mi parecer violaría el principio de no contradicción que los mismos innatistas defienden como idea innata.

El proceso complejo que hablamos más arriba, es el que dará origen a las ideas, que no siendo innatas, se originan porque los sentidos aprehenden ideas del exterior (concepción cartesiana de las ideas como representación de las cosas en nuestra mente). Estos objetos de la experiencia se instalan en nuestra mente vacía para formar con ellas mediante un proceso de abstracción ideas generales y principios. Pero tener asentimiento de esos principios no significa que sean innatos sino que tengo una comprensión evidente de términos particulares, como por ejemplo: negro, blanco, los números… y que forman principios como la igualdad (3+4=7), identidad (el blanco es blanco y no es negro).

Así Locke introduce la noción de tiempo que estaba ausente en Descartes; las ideas por no ser innatas, nacen, transcurren, se suceden en el tiempo, cambian.

2. Desarrollar qué puntos no conforman de su argumento.

Como vimos, Locke hace un ataque contra el innatismo pero sin convencernos demasiado; para empezar vemos que aunque niega que las ideas son innatas, se sobre-entiende que sí es innata la capacidad de conocer, de adquirir ideas, y esto no lo explica. Pero ¿cómo puede saber Locke que las ideas provienen de la experiencia siendo esta tan heterogénea? Locke no explica demasiado esto ni tampoco define experiencia, sino que su única forma de ataque es tomar las ideas contrarias para luego negarlas.

Otra critica muy importante que podemos hacerle que ya la han tratado autores como es el caso de Scruton[1], es el no quedar claro qué tipo de relación existe entre el entendimiento y el afuera de forma que los hace tan compatibles para hacer de aquel el órgano el que “sirve” para obtener ideas del exterior. Vemos claramente aquí la teoría causal de Locke, donde el mundo y la sensación toman importancia en mi mente de tal forma que la determina, desplazando así a la razón de ese lugar privilegiado para el conocimiento. Nos preguntamos así ¿la relación es simplemente pasiva por parte del entendimiento, en donde el exterior independiente de mí se impone en mi mente y esta simplemente lo recibe para formar ideas de forma natural? ¿existe una determinada selección de objetos del cual formar ideas? ¿no parece el mundo reducirse a un subjetivismo total, ya que cada sujeto forma “las ideas” de las cosas en su mente?... estas son preguntas que quedan por resolver.



[1] Scruton, Roger: Historia de la filosofía moderna. De Descartes a Wittgenstein.

Bibliografía crítica:

Herder Diccionario (en CD): Locke, John

Scruton, Roger: “Historia de la filosofía moderna. De Descartes a Wittgenstein.”

Texto fuente:

Locke, John: “Ensayo sobre el entendimiento humano”