miércoles, 10 de noviembre de 2010

PAULO FREIRE: Opresor / Oprimido, Humanización / Deshumanización y Dialogicidad / Antidialogicidad


¿Cuántas veces hemos visto al hombre luchar por sus derechos?, ¿Cuántas veces encontramos sociedades con personas totalmente dominadas por otras?... Muchas preguntas podemos plantearnos en cuanto el problema de ser dominado, oprimido, privado de nuestros derechos como seres humanos y de nuestra libertad.
Paulo Freire, hijo de una familia de clase media de Recife, Brasil, conoció a lo largo de su vida la pobreza y el hambre, experiencia que lo preocuparía en el futuro y se interesaría por pobres y la educación. Trabajando principalmente entre los pobres que no sabían leer ni escribir y por ello eran privados de su derecho a votar, Freire empezó a adoptar un método que puede ser considerado una variación de la teología de la liberación. Fue nombrado director de Extensión Cultural de la Universidad de Recife y aplicó de manera significativa sus teorías enseñando a leer y a escribir en tan sólo 45 días. Esto tuvo tan buenos resultados que se crearon miles de círculos culturales en el país.
Paulo Freire creó la “Pedagogía del oprimido”, “aquella que debe ser elaborada con él y no para él” , es decir que los oprimidos deben de elaborar su pedagogía y no los opresores; esta pedagogía hace de la opresión, sus causas y condiciones de existencia el objeto de reflexión de los oprimidos como forma de progresar y hacer valer sus derechos. Todos los hombres deberíamos reconocer y ser concientes que sabemos poco de nosotros mismos, y preocuparnos por esto implicaría reconocer la deshumanización. Sólo a partir de esto el hombre estará posibilitado para luchar contra esa deshumanización que es impropia de cada hombre. Si buscáramos un ejemplo podríamos pensar en cuando América Latina fue colonizada por los españoles y muchos indios fueron privados de sus tierras viéndolos como seres salvajes y no como humanos; fue gracias a ciertas personas de América, en general mestizos (también privados de muchos derechos), que fueron concientes de la situación tan mala que estaban viviendo y se dirigieron a España para reclamar los derechos de sus tierras y sus condiciones insuficientes de vida. Este ejemplo es uno de los tantos en donde encontramos opresores y una situación de oprimidos en su consecuencia; pero como vemos los oprimidos luchan por ser libres gracias a tener conciencia de su deshumanización.
El hombre tiene posibilidad de humanizarse, salir de las manos del opresor que lo hace ser oprimido, explotado, dominado; puede luchar por su libertad, por su vida y sus derechos pero siempre primero liberando sus conciencias de los oprimidos que los acomodan a sus intereses y toma incluso su palabra y su conciencia. El hombre debe buscar la libertad que se le ha quitado, debe tomar poder de su palabra, debe trabajar unido a otros hombres oprimidos porque “Nadie libera a nadie, ni nadie se libera solo” , pero lo que no debe hacer es confiar de la “falsa generosidad” del opresor porque esta genera violencia, injusticia y deshumanización. La”buena generosidad” de la que habla Freire sólo se encuentra en los mismos oprimidos, esos que buscan la justicia y la restauración de la humanización, esos que en su humildad se ayudan unos a otros sin pedir nada a cambio.
El problema es que en un primer momento de su búsqueda para la liberación, los oprimidos tienden a ser también opresores (actitud dura y “mandato” hacia otros), porque para ellos el ser hombres lleva en un principio tomar lo que viven como realidad, se ven a sí mismos como salvajes, esclavos, buenos para nada, e incluso le temen a la posible libertad que se les aproxima; su lucha también debe expulsar al opresor desde dentro de sí, desalienarse, dejar de verse como desobligados, irresponsables y culpables de su propia situación, que en realidad les fue impuesta. Entonces el problema fundamental se encuentra en cuando los oprimidos aceptan la realidad y se adaptan a ella sin cuestionarla ni modificarla, por ello es necesario que los individuos se reconozcan a sí mismos para que emprendan la lucha hacia su liberación. El oprimido debe ser conciente que esta siendo explotado, dejar de identificarse con el opresor; pero esto solo puede lograrse a través del dialogo con otros oprimidos, un proceso pedagógico que supone la dialogicidad para asumir la realidad y problematizarla. De esta forma Freire presenta la dialogicidad y la antidialogicidad, la primera sirve a la liberación y la segunda a la opresión. El opresor hace uso de la antidialogicidad, con su dialogo concreto e impuesto que no permite crítica o reflexión, como medio para conquistar a los oprimidos; los opresores buscan evitar la unión dialogica e incluso en sus discursos advierten implícitamente lo peligroso que seria mantener la paz social ya que la división mantiene las cosas estables y no genera revolución. Otra característica de los opresores es su ideología que busca manipular y formar personas en base a sus objetivos; y por ultimo la invasión cultural de que son objeto los oprimidos, contraria a los opresores que son autores y actores del proceso.
Contraponiéndose en la dialogicidad la colaboración y la unión ayudan a la liberación del pueblo, a su vez la organización evita el dominio de ideologías y permite la revolución, y la síntesis cultural es una visión totalmente distinta a la que imponen los opresores.

Para terminar, relacionaré lo explicado anteriormente con u a de sus cartas dirigidas a los maestros “No permita que el miedo a la dificultad lo paralice” . En esta carta que seleccioné Freire trata el tema del miedo ante la dificultad; más allá de que el se refiera al temor de no comprender o incluso de aprender, podemos relacionar este temor con el miedo que tiene todo oprimido al reconocer la situación en que está viviendo e incluso ante su posible liberación. Como dice Freire el miedo surge de la inseguridad ante una situación; este temor lo sentirá el oprimido conciente de su opresión pero fundamentalmente al querer luchar por esa deseada liberación. Ese miedo será tal que incluso hará que los oprimidos comiencen su lucha tomando el papel de opresores hacia otros, pero el miedo no debe paralizarnos de tal forma que no nos permita seguir en la lucha. La solución para ello es ser concientes de aquella situación que vemos como problema y nos causa miedo enfrentarla; el temor de no entender un texto, de presentarse a un examen, e incluso el temor de lo que conlleva luchar por salir de una situación que nos provoca miedo y temor, no debe ser un obstáculo para segur intentando comprender lo que nos rodea, para luchar, sino que debemos de ver esos problemas como desafíos. Pero esta lucha, esta búsqueda de conocimiento para crecer, para liberarme, no debo hacerla solo ni que otros lo hagan por mí; juntos en organización, en el dialogo y siendo conciente de que no comprendo o de mi situación de oprimido podré interpretar de la mejor forma la realidad, podré valorarme por lo que soy y no por lo que me he creído ser porque otros me lo han dicho, y fundamentalmente podré ser yo el protagonista de mi realidad, pensarla, criticarla y no que otros escriban la historia por mi como lo han hecho los oprimidos con opresores con sus oprimidos de la misma forma que un lector produce su propio conocimiento al leer un texto, y no lo ve desde fuera sino que lo vive y lo resignifica en el acto de leer.

Stefanie R.

Fuente:
"Pedagogía del oprimido"
"Cartas a quien pretende enseñar"

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