miércoles, 10 de noviembre de 2010

¿Quiénes somos?


Somos seres tan aberrantes y egoístas, vivimos midiendo el tiempo y nos atamos a la vida no por su belleza sino por las bellezas que ella implica, nos miramos al espejo continuamente y no vemos más allá de nuestras narices más que para quedar anonadados por instrumentos que casi no entendemos y por bellezas circunstanciales.

Apreciamos un tipo de belleza que premiamos, admiramos y queremos imitarla, pero olvidamos, que la piel se arruga, el pelo cae, el caminar se enlentece... y vivimos así apreciando cosas innumerables, pero sin ver que la esencia de ellas es lo q vale.

Vivimos atados al tiempo, a los celulares, a propagandas vulgares y a un millón de obligaciones, sin detenernos a pensar que el tiempo pasa y que tantas ataduras no hace más que dejarnos existir, pero no vivir.

¿Cuándo nos tomamos un minuto para pensar qué es lo que realmente vale?

Nos levantamos, desayunamos, tratamos de vestirnos a la moda, esperamos el ómnibus o que cambie la luz el semáforo, llegamos al trabajo, estudiamos, pensamos qué hacer de cena, sacamos números para pagar las cuentas, y nos volvemos a levantar, desayunamos, trabajamos, estudiamos, nos aburrimos, divertimos, tomamos un par de copas para olvidar los problemas, tenemos pareja y nos peleamos, nos casamos y nos divorciamos, hijos, nietos, cuentas, risas, llantos, etc, etc, etc... Uff... y aún nos sigue faltando: "Tiempo".

Y así se pasa la vida... casi entera frente a nuestra narices sin siquiera poder acariciarla.Y jamás nos tomamos ese tiempo que tenemos para preguntarnos qué es lo q realmente nos hace falta; nos quejamos que falta dinero, amor, prestigio, tiempo... cuando vemos que personas que lo tiene todo son infelices o son ellos causa de la infelicidad de otros...

A todo esto... Me pregunto yo ¿quiénes somos? Parecemos simples marionetas, o seres peores que los animales salvajes porque envidiamos, odiamos, destrozamos e incluso matamos...

La vida no se mide por todas esas cosas que tenemos o simplemente vemos, sino porq la tenemos a ella misma...

tan sólo si nos detuvieramos aunque sea un minuto a pensar quienes somos...

Stefanie Riani

1 comentario:

  1. Como dice el amigo Sócrates: "Una vida sin examen no merece ser vivida". O también como apunta Nietzsche, justo al principio de la genealogía de la moral; es muy interesante como concordas con él incluso sin haberlo leído mucho, aunque no me extraña porque coincidimos en muchas cosas:

    "Nosotros los que conocemos somos desconocidos para no­sotros, nosotros mismos somos desconocidos para noso­tros mismos: esto tiene un buen fundamento. No nos hemos buscado nunca, –– ¿cómo iba a suceder que un día nos encon­trásemos? Con razón se ha dicho: «Donde está vuestro teso­ro, allí está vuestro corazón»; nuestro tesoro está allí donde se asientan las colmenas de nuestro conocimiento. Estamos siempre en camino hacia ellas cual animales alados de naci­miento y recolectores de miel del espíritu, nos preocupa­mos de corazón propiamente de una sola cosa ––de «llevar a casa» algo. En lo que se refiere, por lo demás, a la vida, a las denominadas «vivencias», –– ¿quién de nosotros tiene si­quiera suficiente seriedad para ellas? ¿O suficiente tiempo? Me temo que en tales asuntos jamás hemos prestado bien atención «al asunto»: ocurre precisamente que no tenemos allí nuestro corazón ––¡y ni siquiera nuestro oído! Antes bien, así como un hombre divinamente distraído y absorto a quien el reloj acaba de atronarle fuertemente los oídos con sus doce campanadas del mediodía, se desvela de golpe y se pregunta «¿qué es lo que en realidad ha sonado ahí?», así también nosotros nos frotamos a veces las orejas después de ocurridas las cosas y preguntamos, sorprendidos del todo, perplejos del todo, «¿qué es lo que en realidad hemos vivido ahí?», más aún, «¿quiénes somos nosotros en reali­dad?» y nos ponemos a contar con retraso, como hemos dicho, las doce vibrantes campanadas de nuestra vivencia, de nuestra vida, de nuestro ser ––¡ay!, y nos equivocamos en la cuenta... Necesariamente permanecemos extraños a nosotros mismos, no nos entendemos, tenemos que con­fundirnos con otros, en nosotros se cumple por siempre la frase que dice «cada uno es para sí mismo el más lejano», en lo que a nosotros se refiere no somos «los que conoce­mos»..."

    Perdón por ocuparte tanto espacio, pero no me pude aguantar jeje. Besoss

    Diego

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